Próximamente se marcarán 8 años desde que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea aprobó la aplicación del ejercicio del derecho al olvido en todo su territorio correspondiente. A partir de ese momento, todo internauta europeo se encontraría amparado por la ley en el caso de querer eliminar contenido personal o sensible indexado en las redes. El derecho se ejecutaría siempre que la información tratada dejará de ser relevante a interés público o inexacta.
El derecho al olvido actualmente se encuentra dentro del reglamento general de protección de datos. Este derecho incluye la supresión de uno o varios enlaces a páginas webs que incluyan datos personales del interesado dentro de los resultados a partir de búsquedas realizadas bajo su nombre.
Nacimiento del derecho al olvido en Europa
La victoria jurídica del derecho al olvido ante el TJUE surgió a partir de una primera derrota por parte de las autoridades francesas en una disputa abierta contra el motor de búsquedas Google. Fue gracias a este catalizador que en 2014 ocurrió el fallo en sentencia a favor del derecho al olvido para los ciudadanos europeos. Luego, 2018 es el año en que se comenzaría a aplicar el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos.
A partir desde esa sentencia, según lo expuesto por Google en un último informe de transparencia, no se ha visto un aumento en las URLs no eliminadas de la plataforma. Parece ser que los internautas se muestran más cautelosos y conscientes con la negación por parte del motor de búsquedas de estas solicitudes. Más bien, se observa un aumento en las reclamaciones ante estas denegaciones por parte de los motores de búsqueda para suprimir los enlaces de interés.
De igual manera, a pesar de que cualquier ciudadano europeo puede ejercitar este derecho solo es válido dentro de los resultados de búsqueda del territorio respectivo. Ejercer el derecho al olvido implica que los enlaces suprimidos aún podrán ser visualizados en los buscadores de otros territorios. En el año 2016, las autoridades del Consejo de Estado francés decidieron multar a Google por no aplicar este derecho a nivel mundial.
La decisión del TJUE de apelar a favor de Google en cuanto a la multa de las autoridades francesas se debe a que consideran el derecho al olvido como un derecho que debe considerarse en función a la sociedad. Este tipo de derecho de supresión debe mantener un equilibrio óptimo con el resto de los derechos para funcionar de manera correcta. Debido a que el derecho a proteger los datos personales no es un derecho absoluto.
Dentro del territorio europeo a raíz del decreto, tan solo el buscador de Google ha recibido peticiones para remover más de 3 millones de enlaces de sus búsquedas. De los cuales solo aproximadamente un 45% de ellos se han dado de baja. Igualmente, la gran mayoría de estas solicitudes de derecho al olvido son realizadas por personas particulares que por entidades corporativas, casos de menores de edad o personas con gran relevancia pública.
El impacto del BREXIT sobre el derecho al olvido
En un principio, las leyes del derecho al olvido se encuentran en funcionamiento únicamente en la Unión Europea. A partir de la salida de Reino Unido del territorio europeo “BREXIT”, las autoridades comenzaron con una nueva legislación y lineamientos de protección de datos exclusiva para su población. Entre los nuevos aspectos de esta legislación se encuentra incluido el derecho al olvido.
Con el nuevo nombre de “derecho a ser olvidados”, la nueva norma incluye similitudes con el derecho al olvido europeo. El derecho a ser olvidados incluye la posibilidad de solicitar directamente a las empresas responsables del tratamiento de datos de medios sociales la baja de publicaciones. Así como la inclusión de la supresión de datos del pasado de usuarios de todas las edades que hayan sido publicados antes de los 18 años.
Este nuevo derecho al olvido marca una diferencia más rigurosa en cuanto a la gestión de datos en comparación con el derecho europeo con relación a la antigüedad, el interés público y la relevancia de estos. A su vez, el derecho a ser olvidados dotará a los ciudadanos británicos de un mayor control sobre sus datos personales y el tratamiento de estos. Partiendo de las herramientas básicas de consentimiento de datos, ahora los internautas deberán conceder permiso explícito de uso a las empresas responsables.
El derecho a ser olvidados de igual forma implementará un control y monitorización de los datos de menores de edad con directrices más estrictas. Se necesitará el consentimiento validado de los padres, tutores y representantes para otorgar o remover el permiso de recolección de datos. A partir de ello, otro de los aspectos aplicados al derecho al olvido británico será una mayor sencillez en los mecanismos para la supresión del consentimiento de datos.
Los datos personales cubiertos por el derecho a ser olvidados buscan ir más allá de la información que ha sido publicada en línea. Se incluirán nuevos parámetros a gestionar como las direcciones IP, las cookies y demás. El Reino Unido seguirá trabajando hacia la cumplimentación de las exigencias del derecho al olvido del nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos. Así mismo se mantendrá la opción de realizar transferencias de datos con los países miembros de la Unión.
Al igual que el derecho al olvido europeo, la nueva legislación contará con sanciones obligatorias a aquellas empresas que no cumplan con las normas de protección de datos y el derecho a ser olvidados. En caso de incumplimientos, las multas pueden llegar hasta el pago de 20 millones de libras o hasta un 4% de su facturación.
El derecho al olvido fuera de Europa
A partir del fallo a favor del ciudadano europeo que funcionó como catalizador del ejercicio del derecho al olvido en la Unión, se comenzó a considerar su aplicación a nivel mundial. Al ejercer tu derecho al olvido como ciudadano europeo, la desindexación del enlace de los resultados del motor de búsqueda sólo se aplicará en las versiones de buscador de dominio europeo.
Dos años después de la primera sentencia, las autoridades francesas de protección de datos comenzaron un proceso jurídico para multar a Google de forma que esta también bloqueará los resultados de las búsquedas en otras regiones. Sin embargo, esto resultó en una victoria para Google. El fallo del TJUE a favor de la plataforma no implicó cambios en las obligaciones a los motores de búsqueda de conceder una solicitud de derecho al olvido en todas sus versiones.
Esta denegación de la internacionalización del derecho tiene un motivo fundamental, según las autoridades responsables. Además de evitar el control de leyes europeas sobre otros países, Google argumenta que el derecho al olvido a nivel mundial puede ser aplicado por gobiernos autoritarios para encubrir abusos de poder y de los derechos humanos.
Debido a que el derecho al olvido posee fundamentos arraigados en los valores de la sociedad donde se implemente, no puede extrapolarse de la misma manera entre regiones. La relación entre el derecho a la protección de datos y la libertad de información de los internautas varía significativamente entre países. Cabe la posibilidad que al implementar el derecho al olvido RGPD en otro país, este no se regule o no se termine reconociendo.
¿Cómo puedo ejercer mi derecho al olvido?
Si un ciudadano europeo desea ejercer su derecho al olvido, debe aplicar una solicitud directamente al motor de búsqueda como Google. Cada petición es estudiada y analizada de forma manual en el plazo de hasta un mes para luego ser respondida o solicitar al interesado más información sobre el caso.
Dentro de las razones válidas más comunes por las cuales un usuario puede ejercitar su derecho al olvido se encuentra que la información ya no es de interés público, que la misma contenga datos sensibles del usuario, sea contenido relacionado a menores de edad o que revelan información íntima de carácter legal.
Subsecuentemente, el único requisito que solicitan al completar el formulario de derecho al olvido es comprobar la identidad del interesado. Ya sea con cualquier documento de identidad vigente. Así como proveer los enlaces exactos que el interesado desea que se eliminen y los motivos justificados para el proceso.
En el caso de retrasos después del mes de espera, la plataforma debe explicar los motivos por los que la solicitud de derecho al olvido se encuentra en ese estado. Igualmente, si no se recibe respuesta de la plataforma o si la respuesta no es satisfactoria, el interesado se encuentra en su derecho de ir a apelar su solicitud directamente a la Agencia Española de Protección de Datos.
La manifestación del derecho al olvido: el derecho de supresión
Es muy común que se confundan las terminologías del derecho al olvido y el derecho a la supresión. Ambos son similares en ejecución, no obstante, la diferencia principal se encuentra en que el derecho de supresión puede ser ejercitado tanto dentro como fuera del entorno del internet. Esto significa que nos permite pedir la baja de los datos a los autores y editores de la información, y no solo la baja de los enlaces.
El derecho a la supresión, antes conocido como derecho de cancelación de datos personales, implica la completa supresión de la información del solicitante de cualquier registro físico o digital. Se puede decir que este derecho cuenta como el manifestante del derecho al olvido.
En una declaración del TJUE menciona que el derecho a solicitar la exclusión de las listas implica la participación de otros dos derechos. El derecho al olvido contiene en el fundamento jurídico para su ejercicio el derecho de oposición y el de supresión del RGPD.
Al igual que el derecho al olvido, el derecho de supresión se encuentra limitado por ciertas normativas y circunstancias a la hora de ejercerlo. Entre las razones por las cuales se puede aplicar el derecho de supresión se encuentran que los datos ya no sean útiles para los fines a los que fueron recabados, se ha revocado el consentimiento RGPD, el interesado se opone al tratamiento, fueron obtenidos de forma ilícita o la supresión ha sido demandada bajo una obligación legal.
Ejerciendo el derecho al olvido y de supresión en España
Dentro de la lista por volumen de solicitudes del derecho al olvido en Google, España se encuentra en la cuarta posición. El derecho de supresión dentro del territorio español puede apelarse al responsable del tratamiento de los datos personales del interesado o a la AEPD. De igual forma, el interesado puede apelar su caso a Tribunales en el caso de que la respuesta dada por la Agencia no llegue a ser satisfactoria.
Cabe acotar que el precursor que llevó al nacimiento del derecho al olvido en la Unión Europea fue el caso de la disputa entre un ciudadano español y Google. Posteriormente al encontrar bajo la búsqueda de su nombre unos enlaces perjudiciales, el interesado solicitó la supresión de estos debido a que la información plasmada ya no era válida. Ante el rechazo de la solicitud por parte de Google, el español apeló a la AEPD y la última pidió la intervención de la Audiencia Nacional, enviando el caso a Tribunales.
Para ejercer el derecho al olvido o de supresión, el responsable debe ofrecer su apoyo de manera sencilla y óptima. Debido a que fueron ellos los que hicieron dicha información de alcance público. Se pone en manifiesto que sólo el 57% de los ciudadanos europeos conocen que poseen la posibilidad de ejercer su derecho al olvido, siendo el derecho menos conocido. Dentro del territorio español, casi la mitad de la población lo desconoce y la posibilidad de suprimir cuentas en redes sociales.
Todos los que sean considerados como responsables del tratamiento de datos, sean los editores de la información o los motores de búsqueda, deben proveer la información necesaria de cómo ejercer cualquiera de estos dos derechos a los ciudadanos europeos. Así como información sobre los entes a los que pueden acudir.
En el caso de que los responsables no respondan a las solicitudes de derecho al olvido o de supresión, conforme a la RGPD, el interesado puede reclamar la infracción. Existen multas para las sanciones por incumplimiento de las leyes de protección de datos de diferentes niveles.
El nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos y el derecho al olvido RGPD
Hace aproximadamente 4 años que se implementaron innovaciones en las obligaciones referentes al Reglamento Europeo de Protección de Datos en cuanto al control que poseen los ciudadanos sobre su información. Con este nuevo Reglamento llegan a los usuarios europeos nuevos derechos y mejoras en su tratamiento de datos, así como el otorgamiento de la propiedad exclusiva de sus datos personales y un renovado derecho al olvido.
Los nuevos derechos de la RGPD contarán como grandes aliados en la protección de datos de ciudadanos europeos. Entre ellos contamos con el derecho de acceso; donde los usuarios podrán solicitar una copia de sus datos recolectados, la finalidad de recolectarlos, el tratamiento que se les da, la posibilidad de solicitar su supresión y los resultados del tratamiento. Así como el derecho a solicitar un reajuste de tus datos para completarlos, modificarlos o añadir declaraciones, conocido como el derecho de rectificación.
Paralelamente contamos con el derecho a la limitación del tratamiento, en donde podemos suspenderlo o solicitar que se conserven los datos; el derecho a la portabilidad de los datos, donde podrás solicitar el recibimiento de tus propios datos en un formato apropiado y enviarlos a otro responsable; el derecho de oposición, con la posibilidad de oponerte al tratamiento de tu información por motivos personales o de mercadotecnia; y el derecho a no ser objeto de decisiones individualizadas, es decir, en el tratamiento automatizado que pueda afectarte.
Por último, se hace una renovación del conocido derecho al olvido o de supresión. Dentro de esta nueva ley podrás solicitar la supresión de los enlaces con tu información personal por tratamiento indebido. No obstante, se mantienen ciertas excepciones de su ejercicio por respeto a la libertad de expresión de los medios.